A menudo pensamos que en España vivimos todavía en un entorno donde seguimos la mediterránea y es escaso el consumo de alimentos procesados. Y es cierto que todavía existe en nuestro país una generación, la de los nacidos en los 60 y 70, que cocina con frecuencia y compra alimentos frescos.

En línea generales, comprar fresco, cocinar y no abrir bolsas de comida preparada o procesada- tiene que ver, y mucho, con la dieta mediterránea y, en consecuencia, con el aceite de oliva, un ingredientes con demostrados beneficios en la salud.

Sin embargo, de manera creciente el ritmo de vida y otros factores nos hacen olvidar esas buenas costumbres de nuestras abuelas.


Como procesado, pero me fascina lo nuevo y lo de fuera

La pereza de enfrentarse a la cocina es, curiosamente, compatible con la fascinación por lo nuevo, por lo de fuera. Porque hay modas también en alimentación o tendencias. Así es posible que los mismos que consumen habitualmente procesados como norma en la cena y malcomen a mediodía, caigan fascinados con las maravillas del sushi cuando salen a comer fuera. Hay cosas estupendas en cocinas lejanas, pero volver a descubrir lo nuestro, cuando es bueno, tan bueno para la salud -y el paladar- como el aceite de oliva, puede ser una asignatura pendiente.


Redescubrir lo bueno que tenemos y cocinar con ello: el aceite de oliva con conocimiento

Todo esto viene a cuento precisamente tras la lectura de “La dieta del aceite de oliva” escrito por el Doctor Simon Poole y Judy Ridgay y publicado en español por Editorial Almuzara. Y es que a veces “tiene” que venir alguien de fuera para contarnos las maravillas de algo que tenemos y teníamos desde siempre y que, lamentablemente, no apreciamos lo suficiente.

Dos británicos muy mediterráneos

Simon Poole es médico,  escritor y un excelente divulgador que apoya la dieta mediterránea y su estilo de vida. Judy Ridgay es periodista y escritora y una entusiasta experta independiente en aceite de oliva. Juntos colaboran en la promoción del conocimiento del aceite de oliva y la dieta mediterránea en el mundo anglosajón, lo cual tiene su merito. Este libro escrito por ambos es fruto de ese esfuerzo principalmente enfocado a quienes todavía son legos en la materia, pero también con el que disfrutarán expertos.

Judy Ridgway

“La dieta del aceite de oliva”, que lleva el subtítulo de “Los secretos nutricionales del mejor súper alimento natural”, dedica su primera parte, los cuatro capítulos iniciales,  precisamente a eso: a explicar de modo ameno y con profusión de datos por qué el aceite de oliva es bueno para la salud. La segunda parte (el cuarto capítulo) desarrolla diversas recetas de los países del arco mediterráneo donde el aceite de oliva es un ingrediente significativo. Finaliza el texto con un buen glosario de términos.


No, no todas las grasas son “malas”

El libro empieza echando por la borda el mito tan extendido de que las grasas son todas “malas”, explicando qué grasas son mejores para la salud y cómo el aceite de oliva es una grasa excelente, datos conocidos que ya hemos facilitado aquí, pero también nuevos. También explica los diferentes tipos de aceite de oliva y por qué el aceite de oliva virgen extra es excelente. Aborda en qué consiste la dieta del aceite de oliva, que es, básicamente, lo que en combinación con otros alimentos –verduras y frutas, legumbres, pescados y aves, especias y hierbas, etc.− es lo que conocemos como dieta mediterránea.  Cada capítulo de esta primera parte finaliza con un resumen con los principales puntos y conclusiones.

La dieta mediterránea y algunas de sus recetas

Las recetas contenidas en la segunda parte complementan la parte más teórica que se expuso en la primera. Dado que hoy en día hay que explicar recetas básicas a un público que cocina poco o nada, esta apartado es un buen expositor de algunas recetas italianas, griegas, españolas, etc., aunque para un público más familiarizado con la cocina puede ser más prescindible.


Animar a utilizar el aceite de oliva y otros buenos ingredientes 

¿Resumen? Un libro excelente para regalar a esos jóvenes que se independizan. También para esas otras familias con niños pequeños que “tiran” de cocina procesada porque no tienen tiempo: el recetario es estupendo para entender que, en gran medida, las recetas de la dieta mediterránea son fáciles y no implican casi nunca dedicar mucho tiempo y sí comprar fresco, no procesado. Este libro se suma al esfuerzo de otros promotores de comer sano como Carlos Rios y el movimiento comida real o real food.

Por supuesto, el libro es una gran alegría para todos los que, como en Olivízate, creemos que el aceite de oliva es un gran producto que hace falta darlo a conocer más y mejor en nuestro propio país. Ojalá lo hagamos con el conocimiento,  entusiasmo y pasión que Simon Poole y Judy Ridgway tienen.